Gracias a los 4×4 hemos podido recorrer grandes zonas costeras poco o nunca exploradas por otros surfistas. Una en concreto, con playas, puntas, bajos y demás, parece diseñada especialmente para el surfing y la aventura. Son casi 80 km. the costa muy alejada de la carretera general, con accesos complicados y poblada por unas pocas cabañas de pescadores que nunca antes habÃan visto surferos por allÃ. No hay agua, no hay comida expecto toneladas de pescado y marisco, la aldéa más cercana está a treinta kilómetros de pista y por las noches las estrellas del cielo parece que te comen.
Numerosos controles (policiales en las carreteras y militares en las zonas alejadas de ellas) dieron un pequeño toque de impas durante algunos momentos de nuestro viaje. Nunca olvidábamos que viajábamos por Pero en general fue un periplo tranquilo
Viajamos además con tres bereberes y pudimos ser testigos del vigor de este pueblo. Las sesiones musicales junto al fuego que pudimos disfrutar fueron muy intensas. Sus tambores, el par de sonajas y sus voces poderosas te llenaban de Ãfrica. Y su buen humor te llenaba de humanidad.
La historia no está cerrada, desde luego.
Como dijo Mc Arthur cuando los japos le tiraron de Filipinas en la II Guerra Mundial… volveremos. O como me dijo un colega al ver las diapos del viaje… ¿Ocho mil kilómetros para esta birria de olas? Tienes que volver y quitarte la espina, tÃo.
Un fuerte abrazo.