Los mismos dirigentes de todo el asunto lo saben. Hacen cuentas: cuando se acabe el petroleo, comercializarán los inventos que compraron o robaron como alternativas al petroleo, pero no antes. Cuando toda la vida en La Tierra se destruya, crearan un comercio de viajes espacilaes y potenciaran la prospera carrera de arquitectura espacial para que , si tenemos dinero, nos paguemos un viaje allí. Allí podremos ser esclavos burqgueses a nuestras anchas. Nos crecerá la cabeza de forma desproporcionada por el cambio de gravedad. Nuestras emociones naturales, condicionadas por siglos, digo por millones de años de vivencias entre árboles y sudor, desaparecerán como tales. El sexo no será más que un hobby recomendado por el´médico.
Todo porque simplemente compramos zapatillas cuyo coste son 5 euros, a 100 euros en la tienda, hechas con las manos de un currante que por 14 horas al día no tiene al mes el dinero que nosostros pagamos para entrar a un concierto de una estrella del rock. Porqué será que los pobres suelen tener la sonrisa más fácil. Algo tenemos que aprender