En la que se puede considerar como la mejor marejada de los últimos años, anoche se celebró en Waimea Bay el esperado campeonato Quiksilver In Memory of Eddie Aikau.

Tras la falsa alarma de hace un par de semanas, y faltando solo 4 días para que finalizara el período de espera, en la costa norte de Oahu entró lo que han llamado «el swell de Brock», en referencia al fallecimiento de la leyenda tamañera Brock Little la semana pasada debido a un cáncer.

Con una atmósfera vibrante, emotiva, y de celebración, los 28 mejores surfers tamañeros del mundo se congregaron en Waimea Bay para regalarnos 8 horas ininterrumpidas de un espectáculo épico, algo irrepetible, y como los comentaristas decían, el mejor «Eddie» que se ha celebrado en los 31 años de historia del evento.

El evento se disputó en un formato de dos mangas, en las que se puntuaban las olas de 0 a 100 puntos y se escogían las 4 mejores olas de cada surfer.

Kelly Slater, al salir del agua en su segunda manga, y con lágrimas de emoción en los ojos, declaraba que era un momento muy especial para él, y que se lo dedicaba a su gran amigo Brock Little, leyenda hawaiiana que falleció la semana pasada.

Otro de los héroes del día era el hermano menor de Eddie Aikau, Clyde Aikau, que con 66 años ha disputado todas las ediciones del campeonato y anunciaba que ésta sería la última vez. Todo los espectadores gritaban en cada ola de Clyde, una auténtica leyenda estar surfeando olas de 20 metros con esa edad.

Ross Clarke-Jones, a sus 50 años, estuvo liderando la clasificación durante mucho tiempo, pero John John Florence, que a sus 23 años ya se sabe que va a ser otra leyenda del surf de todos los tiempos, consigió coger una ola enorme en su segunda manda y llevarse los 75 mil dólares de premio.

En definitiva, un día recordar en la historia del surf moderno, con el agua lleno de auténticos ídolos y ejemplos para toda la comunidad surfera, demostrando que la edad no es un impedimento para hacer surf a todos los niveles. Y una celebración para la vida de Eddie Aikau y Brock Little, dos auténticos ejemplos de espíritu surfero.